¿POR QUÉ PLANTAR NUEVAS IGLESIAS?
En un mundo en constante cambio, la necesidad de plantar nuevas iglesias se ha vuelto más apremiante que nunca. Como líderes y pastores, debemos entender la importancia estratégica de este llamado, no solo para expandir el Reino de Dios, sino también para alcanzar a aquellos que aún no conocen a Jesucristo. Aquí le presentamos sólo algunas de las razones por la cual tenemos que hacerlo.
Es la forma más efectiva de alcanzar a nuevas personas
Una de las principales razones por las que debemos plantar nuevas iglesias es que sigue siendo la forma más efectiva de alcanzar a las personas para Cristo. Como plantadores de iglesias, tenemos la oportunidad de llegar a aquellos que quizás nunca entrarían a una iglesia ya establecida. Muchas veces, las personas se sienten más cómodas y abiertas a visitar un lugar nuevo y diferente. Además, cuando la evangelización impulsa nuestro propósito, vemos cómo Dios obra de maneras extraordinaria para transformar vidas.
Es una manera de glorificar a Dios
Pero nuestra motivación no debe ser meramente pragmática. En el corazón de todo lo que hacemos debe estar la gloria de Dios. Reconocemos que no somos dueños de la iglesia, sino que somos mayordomos de lo que Dios ha encomendado a nuestro cuidado. Nuestro anhelo debe ser exaltar el nombre de Jesús y ver cómo su Reino se expande, y no construir nuestros propios imperios.
Es cómo expandimos al reino de Dios
Jesús nos ha dado un claro mandato: “Id y haced discípulos de todas las naciones”. Como plantadores de iglesias, tenemos el privilegio y la responsabilidad de participar activamente en esta gran misión. Cada nueva congregación que se levanta es una expresión práctica de la expansión del Reino de Dios. Debemos abrazar con gozo este llamado, sabiendo que estamos cumpliendo un propósito divino.
La necesidad es apremiante
Mirando las estadísticas, vemos que la necesidad de plantar nuevas iglesias es apremiante. Antes de la pandemia, ya se observaba un declive en el número de nuevas plantaciones de iglesias en los Estados Unidos. Sumado a estos los efectos post COVID-19 han intensificado aún más esta tendencia. En definitiva, si por lo menos queremos mantener la proporción actual de una (1) iglesia por cada 1,000 personas en nuestras ciudades; Se requerirá un crecimiento neto de 1,900 iglesias por año en los próximos 30 años solo para mantener esa proporción, teniendo encuentra el crecimiento demográfico. Esta es una tarea enorme, pero también una oportunidad increíble para que nos involucremos en la obra que Dios está haciendo.
Conclusión
Hermanos, el llamado a plantar iglesias no es una opción más, sino una necesidad urgente. Mi oración es que cada uno de nosotros respondamos con valentía a este llamado y que estemos dispuestos a ir a donde el Señor nos envíe a plantar una nueva congregación que extienda su Reino. Que nuestra pasión por Jesús y nuestra compasión por el perdido nos mueva a emprender esta tarea con fe, sabiduría y perseverancia.
Por: Walter Angelica – Director de Contenido/Exponential Español
